jueves, 2 de mayo de 2013

Portadora de la Tristeza

Con una daga tallas tus huesos, clavas las runas en mí, haciendo llegar tu mensaje codificado a mis neuronas y receptores nerviosos. Las copas de vino no me suben, por eso bebo tu sangre con sabor a hierro. La lengua bífida va paseando por mi blanco cuello. Intentas clavarme con tus dientes la ponzoña en mi piel desnuda. No me embistas, no me mires, somos muerte, mi sangre es negra: soy la portadora de la tristeza.