sábado, 6 de abril de 2013

Victoria

Victoria huele las rosas rojas,
imagina a sus musas siendo diosas.
Toma pluma y escribe, nombrando sus siluetas,
las saborea, las devora como si fuesen piruletas.

Y es que nadie conoce su secreto,
es una fugaz amante a todo lo opuesto.
Sólo desea a una mujer,
fantasmagórica y que sea de buen ver.

Mira al frente y no atrás,
nunca sabes quién odiará.