domingo, 9 de junio de 2013

¿Soy persona o soy centella?

Estoy cansada de luchar por algo que siempre me acaban quitando. Me canso de ser fuerte y no tener apoyo. Me canso de la lucha. Cada golpe suma un número que no significa nada para nadie. Cero importancia, cero resistencia, cero apoyo; ¿y venís diciéndome lo bien que me va? ¿Estáis ciegos? Deberíais de mirar un poco más allá de esta falsa sonrisa y fijaros en las plumas de mis ojos. No quiero que me cubráis con billetes, sólo quiero la firmeza que me habéis robado, la estabilidad que me habéis quitado. Me canso de llevar esto sola y no poder hablarlo con nadie. He pedido ayuda para esta carga y ha sido totalmente rechazada por escépticos. Y las personas a las que he querido, han huido despavoridos, asustados y dolidos. Ya no soy sólida, soy migas de polvo y ceniza. Las lágrimas de mi sufrimiento dan de beber a mi débil cuerpo. Pido una conversación contigo, no con nadie más; no pretendo hacerte cargar con esto. No quiero volverme de naturaleza numérica cuando mis huesos estén a dos metros bajo tierra. Quiero recuperar mi felicidad, pero es sumamente agotador cuando nadie me alienta. No quiero desarrollar más mi tolerancia por la violencia, no quiero pulir más durezas; todo este camino me ahoga y asfixia hasta mis impurezas. Pretendía huir al mundo sin rumbo alguno, pero solo puedo quedarme en mi celda personal y encarcelar mi alma en mi cuerpo, que no la vea el resto. Y vivir aventuras dentro de millones de libros y quedar prendada de mil héroes distintos, fotografiar mi vida milímetro a milímetro, dibujar cientos de sueños aún no han sido cumplidos. Pero cavas mi tumba con tanta rapidez y facilidad que me asustas. Ya me han robado la infancia y la adolescencia y no sé ya que es lo que me queda. ¿Soy persona o soy centella? Odio esta incertidumbre incierta. Pero tus lazos de sangre me oprimen cada vez con más fuerza. No justifiques tu violencia, no me pidas perdón con fresas: estos moratones no los puedes borrar con cualquier ofrenda. Soy persona no mascota, no soy tu muñeca masoca; para de una vez, quiero apearme de tu fatigada tez, quiero parar el mundo y que nadie siga sufriendo estos días duros, quiero un compañero en la lucha que me recuerde todos los días que puedo con esto y con cualquier cosa, que puedo ser la chica rara y diferente que dio su último suspiro por ver su tierra libre de opresores, que puedo ser la chica que recordó al mundo donde estaban sus posiciones y donde había que atacar, que fui la chica que citó a Karl Marx en medio de un debate injusto con tal de concienciar a toda una clase. Que quizás sea brusca, pero sé que soy justa.