me pareces un extraño. Ya no te conozco. No sé a que juegas. No entiendo qué pretendes. Quizás el sexo no vaya unido al amor, pero tampoco va unido a la amistad. Tus anhelos animales te impiden ver más allá de mi cuerpo.
Soy aún más diferente de lo que era, más diferente a todos. He absorbido las almas de quién en su tiempo fui. No tengo equilibrio alguno, no soy estable, soy otro espectro, otra rompecorazones dispuesta a pisotear tu corazón con tacones, otra caníbal dispuesta a hacerte sufrir lo indecible. No es rencor ni odio, pequeño, es abrirte los ojos. Despierta de una puta vez y mira las cosas con otra perspectiva. Date cuenta de que el cambio es bueno, de que tienes que aceptarlo.
Observa a esta dama ensangrentada y apática, sin acompañante, sin caballero. Todo se puede conseguir, pero es muy difícil si me arrojas al abismo infernal. No obstante me estás mutando, me estás explotando, me estás utilizando como a otro objeto de tu colección.