lunes, 25 de febrero de 2013

No Estás Muerto, No Estoy Viva

Sigo arañando el empañado cristal.
Maniatada con tu seda letal,
voy mascando el agrio metal.

No estás muerto, no estoy viva.
Siguen sangrando mis heridas.

Entre almas que te susurran
vas cavando tu tumba;
ya ni las lágrimas te supuran.


No estás muerto, no estoy viva.
Siguen sangrando mis heridas.

Te ocultas de mí tras un velo
mientras bailo para ti con una soga al cuello.
Nos queda poco para clamar al cielo.


No estás muerto, no estoy viva.
Vas lamiendo mis heridas.
No estás muerto, no estoy viva.
Juntos dormimos con inyectada morfina.
Juntos dormimos intercambiando saliva.